Antetodo Feliz Año Nuevo!!!! y gracias por seguir visitándome. Como much@s sabéis este año 2010 es Año Santo. Y en mi ciudad, Santiago de Compostela un año muy especial, ya que son muchos peregrinos, turistas y turigrinos los que se acercan a conocer la ciudad, visitar la catedral y abrazar al Apóstol Santiago. En honor a todos ellos y a todos los comerciantes de productos gallegos artesanales, voy a dedicar una serie de post encaminados a difundir los productos de repostería que se pueden adquirir en Santiago y que ofrecen una calidad más que probada.

Escapen de ofertas de Tartas de Santiago a 5 € (muchas no son ni producidas en Galicia), de vinos del ribeiro o albariños 3 botellas a 6 €. En Santiago hay productos auténticos gallegos de elaboración artesanal que merecen ser comprados y como decía aquel slogan de hace una década o más, «compre, compare y si encuentra algo mejor, cómprelo».

Empezamos así con un dulce monacal tradicional.

Es de todos conocido la tradición repostera de conventos y monasterios. En mi ciudad, Santiago de Compostela, son varios los conventos que se dedican a elaborar y vender algunos de estos manjares, bendecidos por las manos de las hermanas de clausura. En el Convento del Carmen, se elaboran las sagradas formas que se distribuyen por todas las parroquias de la comarca compostela. También podemos adquirir allí, los recortes de éstas o comprar las planchas de oblea para la base de nuestra Tarta de Santiago, por ejemplo.

En el Convento de Belvis, las monjas también elaboran brazos de gitano y otras exclusividades.

En el Convento de Santa Clara, a donde todavía las novias siguen llevando huevos en ofrenda para que el día de su boda no llueva, hasta hace bien poco, las monjas planchaban y almidonaban como nadie los ajuares (yo fui una de las últimas afortunadas en conseguirlo, aunque también es de recibo decir que, a pesar de la ofrenda, el día de mi boda a finales de un Junio, llovió e hizo mucho frío).

Por último, en el Monasterio Benidictino de San Pelayo, cuya fachada posterior se asoma a la Plaza de A Quintana (tan visitada este próximo Año Santo, por encontrarse la Puerta Santa de la Catedral en ella),se elaboran, tartas de almendra, almendrados, pastas de té, galletas de bizcocho y brazos de gitano por encarga.

Es, a estas últimas, a las que les dedico este post.Pese a hacer galletas en casa, sin ninguna pereza, y salir ricas y ser rápidamente consumidas, mis visitas al torno del Monasterio son muy numerosas también. Sin duda, las pastas de té son una delicia. Como podéis ver en las fotos, la presentación es muy respetable: cajita de cartón con imagen del botafumeiro y fachada principal de la Catedral impresas, número de teléfono, envasado al vacío e interior forrado de plástico.

Las pastas vienen fresquísimas, crujientes y distribuídas cuidadosamente por las manos delicadas de quienes pueden vivir en un lugar tan bonito ,como es este convento, rodeadas de oración. Si pincháis arriba en su nombre, podéis entrar a su página web para conocer el lugar y hacer las encargas. Os animo a que lo hagáis porque merece la pena.

Medio kilo de pastas sale a unos 5.75€ (si no me falla la memoria) elaboradas con: azúcar, harina, leche y margarina vegetal. Producto artesano sin colorantes ni conservantes. Un precio más que competitivo, si pensamos que en una pastelería normalita nos cobran el kilo a unos 30€.

Una vez más, muy recomendables a todas las personas que visitan nuestra ciudad sean o no peregrinos y también para los habitantes de la misma que nunca se han acercado a probarlas.

Llevar una caja de estas pastas a cualquier mesa es éxito seguro al mismo tiempo que las madres rezarán por nosotros y algún pecadillo disminuirá de nuestro contador. La regla benedictina reza Ora el Lavora. Así las monjas viven de su trabajo, no sólo repostero, sino también de bordado y restauración de ornamentos litúrgicos (bordado de casullas, mantos para la Virgen, pintura y decoración de cirios pascuales, etc.)