Hace un tiempo oí hablar a dos blogastrónomos de gran prestigio, Jorge Guitián y Miguel Vila de la aparición en el mercado de una empresa que comercializaba la leche en su estado más virgen. Es decir recién ordeñada, leche fresca del día.

Como la curiosidad es una de mis caracteríticas básicas, tenía en mis «pendientes» el hacerme con una botella de la misma para comprobar si ya no estamos «afeitos» a los sabores auténticos.

Cuando era pequeña recuerdo que por Santiago había una mujer en una furgoneta Citroën vendiendo leche por el ensanche compostelano. Era la lechera. Ella, ya tenía sus clientes fijos quienes al oir pitar su claxon, bajaban con la tartera roja y tapadera con agujeritos para adquirirla.

Los tiempos han cambiado, después de las botellas de cristal y las bolsas de plástico tan incómodas, que había que meter en unas jarritas de ídem para mantenerlas una vez abiertas, en la nevera, llegó el Tetra Brick, que fue una revolución: se podía caer al suelo y no rompía, lo podías apilar, la fecha de caducidad era de 3 meses, vamos, lo dicho, una revolución.

El martes pasado me acerqué a la Plaza de Abastos a por algo de pescado: unas xoubas, unos rapantes, algo de fruta de mi frutero preferido, Jesús Rey, pan de Elena, pimientos de una paisana y tuve que dar dos vueltas completas hasta encontrar el puesto de productos ecológicos donde encontré la leche O Alle.

A primera vista, una botella de plástico transparente de capacidad de un litro con una etiqueta verde y tapón a juego. Un diseño sencillo para un contenido especial. El precio no me asustó nada, 1,30€/ltr.

La empresa O Alle es una explotación ganadera ecológica, dedicada a la producción de leche fresca ecológica. Su explotación cuida al máximo que sus animales se críen de manera ecológica para obtener así leche ecológica 100%.

Está ubicada en Lalín (Pontevedra), es una empresa familiar y la primera y única de Galicia en producir este tipo de leche.

Los prados están libre de abonos químicos, insecticidas, etc. Las vacas no se hormonan para aumentar su producción y la leche tiene el sabor de leche, leche.

He comentado que la leche es del día. Que no ha sufrido ni pasterización, tan sólo se enfría a 3 grados para evitar la reprodución de bacterias y se envasa.

Esta explotación está certificada para poder comercializar este producto, del que se realizan varias analíticas en su control de sanidad y calidad, y está avalada por el Consejo Regulador que garantiza su producción de forma sustentable y ecológica.

La probamos, después de hervirla, Pablo y yo. A él no le gustó. Le pareció un sabor muy fuerte. Claro, un niño de 10 años, que está acostumbrado a la semi-desnatada de CLAS y que nunca ha probado la leche fresca, es normal que la encuentre así. Es cierto que el sabor es más intenso que en otras leches, que la materia grasa es abundante, pero me emociona que, tal y como está el sector lácteo, haya explotaciones que luchen por salir adelante con un producto tan difícil de comercializar y llegar al público.

En el etiquetado se advierte de su consumo en 3 días y, como está homogeneizada, hay que agitarla previamente. Yo, la herví como medida propia de fiabilidad y además porque lo que me interesaba era conseguir la nata suficiente para poder hacer algún dulce.

Espero que os guste. Yo seguiré utilizándola para muchos dulces.