Lo prometido es deuda. Con un poco más de sueño y un poco más de tiempo robado al dormir llega la 2ª entrega de lo que sin duda ya es el «evento» gastronómico de actualidad e innovación que ha eclipsado al cocido de Lalín del que se disfruta estos días.

Antes de entrar en valoraciones, dejar dos puntos claros:

1.-La magnífica organización por parte de Sole, que se encargó de todo de maravilla.

2.-En mi casa nunca se han comprado ni orejas ni filloas. Siempre se han elaborado, mejor o peor, pero de manos de buenísimas cocineras como era mi abuela Marina y lo es mi madre Charo. Por lo tanto, mi encuentro con estos productos elaborados más o menos industrialmente es nuevo, con los pros y contras que ello conlleva.

Bueno, pues como os comenté ayer, Sole hizo esta propuesta sin bien saber la acogida y respuesta que tendría. Pero no por parte de los bloggers, sino por los media e incluso por los propios obradores pasteleros.

Quedamos en la Pza. de Cervantes para ir recogiendo el «material» de la cata. En total se seleccionaron 10 establecimientos de entre los más representativos del casco histórico, ensanche y alrededores de Santiago.

Llegamos a La Viña de Xabi, quien había dispuesto una zona para esta cata y entre todos colocamos la mesa.

Decir que la cata se realizó a ciegas, bueno ciegos casi al final alguno que otro con los magníficos vinos dulces que Gago eligió para acompañar el dulce. Con lo cual hasta la lectura final de puntuaciones no se supo la pastelería ganadora.

En la cata se valoraron aspectos tales como el sabor, aroma, textura y presentación. Así como una valoración global de cada una.

Curioso que a medida que se iba votando, las seleccionadas se iban desmarcando del resto , dato que señalaba que el concurso se iba a dilucidar no entre 10 sino entre unas 3 ó 4. Tal vez la más tacaña en puntos fui yo, pero me hubiera gustado encontrar alguna oreja que recordara más a las tradicionales, a las caseras, a las que tienen ese toque a anís pero no a vainilla, en las que se reconoce la manteca, las que tienen forma de oreja y no de placa de hojaldre, las que están fritas en buen aceite aromatizado por limón, etc…..vamos que me recordara más a las que hacía mi abuela o hace mi madre. (Por supuesto sé que el proceso industrial influye algo en el resultado, pero aún así sigo siendo exigente).

Las tres escogidas son muy distintas en aroma, en sabor, en aspecto. La ganadora es la que más se aproxima a la tradicional, mientras que la clasificada en segundo lugar es más innovadora.

Lo que sí me gustaría dejar en el aire a modo no sé de qué, de reflexión o simplemente que quede ahí es que los establecimientos deberían ser conscientes de que la industrialización no debe ser un menoscabo para la calidad. Si los ingredientes seleccionados son de buena calidad, se debería obtener un producto ídem.

A modo de conclusión personal creo que seguiré comiendo las de mi madre o las de mi suegra. Además con esta crisis y a los precios que se venden me convencen más las caseritas.

Recordamos las ganadoras:

1ª: Pastelería Miguel Angel de Bertamiráns

2ª: Pastelería Celma de Santiago de Compostela

3ª: Panadería Mollete de Santiago de Compostela

Podeis leer más en sus blogs y no os perdais el video que Manuel Gago ha realizado

Sole, Jorge Guitián,Manuel Gago ,Eugenio, Mónica y Alina.