Uno de los países que me gustaría visitar sin duda es Suiza. Pensar en chocolate, en relojes (gran aficción nuestra), vaquitas, verde, montaña, la Bayer, jaja. Estuve muy cerquita de hacerlo cuando todavía vivía allí una amiga (que algunos conocéis como Beiramar).

En casa, lo más suizo que había y sigue habiendo, es un reloj de cuco precioso que muchas veces se queda sin cuquear porque, alguien se olvida de tirar de las cuerdas. ¡Con qué mimo lo hacía mi padre!.

suizo1

Hablar de suizos o bollos de leche es hablar, sin duda, de mi niñez. Me recuerda a los bollos que comprábamos en la pastelería Mora, a Casa Camilo, a la casa de la yaya, a tantas tardes buenas con mi padre, que nos los rellenaba con jamón, con lomo de Guijuelo,….. Estos días lo volví a hacer y, al pegar el primer mordisco, mis ojos se cerraron y tuve taytantos años menos. Lo malo fue abrirlos de nuevo….cruda realidad. Pero, otro mordisquito y continué mi viaje en el tiempo. Así, estuve unas cinco veces que fue lo que duró el bendito dulce.

suizo5

Una de las cosas que más echaban de menos mi madre y Pablo (celíacos ambos), era comer algo con «masa». Disfrutaron con los bizcochos, brazos de gitano , magdalenas, filloas y orejas, peeeero faltaba más masa. Y ya se sabe, como dijo esa filósofa de mi familia, «cuánta más masa, mejor se pasa». Con la receta de Nuria, asunto resuelto: los bollos de leche salen

¡impresionantemente suizos!

suizo3

Cuando Pablo dió el visto bueno, me faltó tiempo para ir a casa de mi madre y ver su reacción. Le preparé una cajita monísima, de esas blanquitas que tengo, con 6 suizos. No os imagináis cómo olía el coche con los bollos recién hechos. Al llegar y decirle «te he hecho esto. A ver qué te parece», sus ojitos se iluminaron, sus manos se apresuraron a abrir el continente y no sé cómo, porque ni tiempo me dió de verlo, el contenido apareció en su boca y sólo se oía «mmmm mmmm mmmm» que traducido, significa más o menos 

«esto está buenísimo»

Ya sabéis que las masas sin gluten son, digamos,  «especiales». Conseguir que no se desmiguen, que queden flexibles, esponjosas es algo complicadillo. Con esta receta, basada en la de Nuria, esos miedos son historia.suizo2

 

Eso sí, si no se van a comer en el día (cosa extraña porque aquí no duran), es mejor congelarlos. Estas masas no aguantan mucho tiempo, se secan bastante. Así, una vez horneados y fríos, los metemos en bolsas de congelar y, cuando queramos tomarlos, con sacarlos y dejarlos descongelar o darles un ligero toque de micro o de horno, tenemos la merienda o el desayuno arrumbado.

INGREDIENTES:

  • 350 gr harina de Procelli
  • 50 gr harina de arroz
  • 80 gr harina de garbanzo
  • 1 sobre de levadura seca
  • 50 gr azúcar
  • 38 gr azúcar invertido
  • 2 huevos
  • 1 cucharada de vinagre
  • 4 gr sal
  • 100 gr mantequilla
  • 120 ml leche
  • 70 ml agua
  • Ralladura de limón y naranja

ELABORACIÓN:

  • Yo he usado la Chef-O-Matic para amasarlo. Me gusta muchísimo cómo deja las masas. Ya sabéis que soy un pelín vaga.
  • Primero introduce en la cubeta los ingredientes líquidos templados y después los sólidos.
  • Selecciona el programa 13 que dura 1:35 min.
  • Pasado este tiempo, saca la masa de la cubeta, con las manos húmedas y procede a formar bolitas. Deposítalas en la bandeja de horno, cubierta con papel de hornear, y déjalas reposar hasta que doblen su volumen (dentro de horno a 40º una media hora larga).
  • A continuación, pincélalos con huevo batido y espolvorea con azúcar humedecido.
  • Hornea con calor arriba y abajo, en la rejilla central y con un cacharro con agua en la base del horno, a 190º durante unos 25 min.
suizo4

No te imaginas lo bien que va a oler tu casa.

Muacs dulces