Si hay algo que me caracteriza es el gusto por los helados. Soy heladera por nacimiento o, más bien diría, por gestación. Según cuenta mi madre, cuando estaba embarazada de mi «muchos helados tomó». Así como de mi hermana Belén bailó muchísimo y, lógicamente, Belén salió con la misma afición, de mi debió de tomar unas cuantas tarrinas de más porque yo sin helado no sé vivir (ya ya, ya sé que suena exagerado de más).

Bueno, pues si Belén salió bailona, yo salí heladera. Claro, así nos va en kilos y se nota la diferencia obvia entre bailar y tomar helados. Pero, como dice el sabio dicho, «que nos quiten los bailao y lo helao».

El recuerdo del helado me acompaña en muchos momentos de mi vida: los cortes de helado de la playa de Rianxo, los paseos por Coruña con la parada obligatoria en los Helados Italianos, donde mi padre se decidía siempre por el tutti fruti y nosotras por los helados encapuchados; las tarrinas domingueras del Ankarr de Santiago, los helados de verano en Ribeira; las catas de helado que me hice con mi amigo César de Madrid,  y, de Madrid, la favorita de mi padre Los Alpes. Las visitas a la heladería Capri de Vigo y tantossss momentazos más.

Para nosotras nunca era «no época de helado». No importaba si estábamos en verano o en invierno, el helado era y es atemporal. Y que no se entere mi otorrino, chsssss.

Para esta ocasión un rico y cremoso helado de vainilla que guarda su primer intríngulis en la crema inglesa o natillas previas (que conforma la base de todos los helados) bien aromatizadas. Y su segundo secreto, conseguir el punto imprescindible para que no cristalice. Para ello, lo mejor es contar con una heladera y,  si no se dispone de tal artilugio (se puede sobrevivir perfectamente sin él), emplear azúcar invertido en sustitución del azúcar normal y batir a mano mientras se congela.

 

INGREDIENTES:

  • 3 yemas de huevo
  • 75 gr azúcar
  • 150 ml leche
  • 150 ml nata líquida
  • 1 vaina vainilla
  • 1/ 2 sobre de azúcar vainillada
  • una pizca de sal
ELABORACIÓN:
  • Infusionamos la leche y la nata junto con la vaina de vainilla que abriremos longitudinalmente y rasparemos su interior con la punta de un cuchillo.
  • Batimos las yemas con ambos azúcar y la pizca de sal. Vertemos sobre la leche y nata y removemos continuamente hasta obtener una crema. Retiramos del fuego y dejamos enfríar.
  • Si tenemos heladora lo metemos en ella y si no, lo vertemos en un tupper, lo introducimos en el congelador y cada media hora lo removemos con una cuchara para evitar la famosa cristalización. Repetiremos esta operación unas cuatro veces.
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Y permitidme un secretillo más. Los lácteos que yo empleo en mi cocina son de la marca gallega Feiraco. Me gusta la nata muchísimo y aunque no he encontrado todavía su mantequilla en ningún establecimiento, desearía probarla.

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No os vayáis a pensar que me patrocinan, no no. Hace un año, impartí una acción formativa en dicha empresa. En mi casa éramos consumidores de otra marca. El conocer a estas personas que fueron encantadoras conmigo, me llevó a hacer una reflexión y optar por probar sus productos y, de esta manera, apoyar al sector lácteo-gandeiro gallego, a sus empresas y, con mi pequeño granito de arena, contribuír al mantenimiento de puestos de trabajo en nuestra comunidad. Además recordar que Feiraco es la primera cooperativa láctea gallega, que su marca está bajo el sello Galicia Calidade y certificada con la letra Q de Aenor, amén de haber obtenido en el año 2011, el Primer Premio de Cooperativas Socialmente Responsables y,cuenta con un sistema interno de gestión EFR1000 de Empresa Familiarmente Responsable.

En resumen, que nos gustaron sus productos y decidimos cambiar a Feiraco. Os diré que Pablo y yo consumimos semidesnatada, para cocinar me encanta la entera y Carlos es el consumidor de la Unicla, auténtica leche Premium con características especiales en el mercado: de forma natural, las vacas dan un sabor único y una mayor concentración de nutrientes, 4 veces más de Omega3 (proveniente sólo de los pastos que ellas consumen y no añadido de forma artificial como sucede en otras marcas). También hay Unicla sin lactosa y otro descubrimiento fue Laban, bebida elaborada a partir de leche fermentada (de tradición en la cultura gastronómica de los países árabes). 

Vayan mis muacs dulces de este post, dirigidos a todos los miembros de la cooperativa Feiraco, que guardo en mi corazoncito.

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Un helado sencillo de hacer y sencillo de terminar y que no os de pereza. Estos días parece que ha vuelto el verano a Galicia. Ayer teníamos 25º en Santiago de Compostela. Apetece el terraceo y el heladeo. Así que, ¡¡a disfrutarlo!!.