Hola de nuevo. Hace un tiempo os decía que cada vez se me pasa más rápido el mismo. De veras que no me puedo creer que ya estemos en Semana Santa y en Primavera. Pero si parece que fue ayer y estaba metida en harina con filloas y orejas!!!.

A ver, yo lo de la Semana Santa lo llevo muy bien. Es más, me gusta y no me importa nada que llueva. Ya sé que de este tema es mejor no hablar últimamente, porque casi todo el mundo reniega: Que si ya es demasiado tiempo lloviendo, que esto aburre, que qué ganas hay ya de solete,….. son muchas las letanías que vengo oyendo de todos los que me rodean y no me puedo manifestar. ¿Por qué?. Pues porque a mi me encanta la lluvia. Es más, me encanta el otoño y el invierno y me fastidia la primavera -que mi sangre altera- y el verano lo aborrezco. Sí, ya sé que estaréis pensando 

esta niña es bien rara

Pensad en alto. Yo ya estoy acostumbrada a oirlo, así que por mi no os preocupéis. Ya tengo el callo hecho y no me molesta. Lo de «ser rara» es algo que asumí allá por los 12 años y, ahora que tengo taytantos más, pues no me va a empezar a resultar cansino.

Soltaos, que yo arrepechugo

Pues como os iba diciendo, que en otra vida debí de ser rana, por aquello del agua, del verde (mi color favorito) y de lo escurridiza que soy, jaja: la rana Berta!!!! Eso que lo de saltar no es lo mío, más bien lo de tropezar y librar obstáculos. Como ahora, que ha llegado la Prima Vera: a librar el obstáculo del polen, de los alérgenos que andan por el aire, lo de los efluvios amorosos, los granitos, las arañas que empiezan o empezarán a hacerse ver y demás insectos, reptantes y familias adyacentes.

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Con una copita de licor de café Lúa de Vitivinícola del Ribeiro me encantan

Digamos que estamos en Semana Santa y no en Primavera, y yo, ya estoy feliz. Días de renovarse, de dejar atrás lo que no nos gusta, lo que nos hace daño, lo malo que hemos hecho y nuestro arrepentimiento. A ver, yo en casi todo he cumplido ya y me siento más preparada para recibir mi nuevo yo, pero os debo confesar que el tema dulce no lo he dejado atrás ni me arrepiento de que sea parte de mi.

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Prueba de ello, son las Torrijas que os traigo. Pero Señor, sean estas torrijas mi muestra de que, a pesar de la que nos está cayendo, yo quiero estar cerca de ti. Sí, Señor azúcar, a pesar de mi propósito de escapar de tu tentación durante la semana, te he de recibir, por lo menos, por lo menos, el domingo.

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La fotillo que me hizo Jose M. García en el Come e Fala

Como este pasado domingo, que preparé estas exquisitas y sencillas, tradicionales y tan de temporada Torrijas. Algunas de la cuales fueron para mis compañeros del programa Come e Fala de la Radio Galega. En el Facebook del programa podéis leer lo que de ellas se dijo (son unos choromicas. Pero claro, quien no llora…)

Y, hasta aquí puedo leer, que parezco que la que lleva la Torrija encima soy yo, Berta Rana con membranas interdedales incluídas.

INGREDIENTES:

  • 1 barra de pan del día anterior
  • 1 litro de leche
  • Azúcar al gusto
  • 1 palo de Canela
  • Piel de un limón
  • 2 huevos
  • Aceite de oliva
  • Canela en polvo y azúcar para espolvorear

ELABORACIÓN:

  • En un cazo, pon al fuego, la víspera, la leche junto con el azúcar, el palo de canela y la piel de limón.
  • Deja que hierva. Tapa y reserva toda la noche.
  • Corta la barra de pan en rebanadas de unos 2 cm.
  • Sumerge las rebanadas en la leche reservada de tal manera que, queden muy blandas pero que no se deshagan.
  • Bate los huevos y pasa por ellos el pan humedecido en la leche infusionada.
  • Fríe en el aceite caliente hasta que se doren.
  • Retira y deposita sobre papel absorbente, para eliminar el exceso de aceite.
  • Por último, espolvorea con una mezcla de azúcar y canela en polvo.

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Se pueden tomar tanto calientes como frías, va a gustos. También las puedes remojar en vino con azúcar. Ummmm, estas son más pecaminosas que las anteriores y si aromatizas además el vino,  todavía mejor. Puedes optar por humedecerlas con una mezcla a base de café y licor café, así tendrás tu lugar en los infiernos, como mínimo.

Pues lo dicho, que esta Semana Santa, sea ese tiempo de renovación, de redención para los que lo necesitamos y sean días de descanso y disfrute para todos los que podéis tomarlos.

Muacs dulces

p.d: todavía os debo un post precioso de mi fin de semana en la zona de A Veiga, terra de Trevinca.